viernes, 9 de septiembre de 2016

MEDIOCRIDAD EN EL HOMBRE 
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No ha de extrañar que Aristóteles, hace más de 2.300 años, desarrollara como premisa inicial en su obra La Política, la sentencia de que “la sociedad es un hecho natural” ; esto lo enunciaba siempre y cuando dicha asociación tendiera al bien, es decir, a su accionar ético y moral. Desde allí todas las formas de gobiernos u organizaciones políticas son estudiadas bajo estas dos categorías, y por tanto, desde un plano ideal. Howard Selsam decía: “El hombre puede formarse tales imágenes ideales, y se las forma, y sus códigos morales y teorías éticas basan en ellos…es el único que puede advertir una contradicción entre lo que es una determinada vida y el ideal de algo superior” . En pocas palabras esto es lo que busca plantear Ingenieros, una sociedad que busca el bien y el progreso por medio de las dimensiones éticas y morales.
A José Ingenieros, reconocido intelectual argentino, le tocó vivir una gran experiencia dentro de la vida diplomática y política de su Nación, esto le permitió conocer de cerca los acontecimientos y relaciones existentes dentro de un sistema de gobierno. Experimentó la realidad gubernamental de Argentina a principios del Siglo XX, conoció sus vicios y virtudes y los tipifico principalmente en una de sus obras llamada el Hombre Mediocre, la cual es una crítica a la moralidad, ya que, Ingenieros, transitó su accionar político por medio de crisis institucional en el sentido de lo ético y moral.
Balo estas panorámicas, este trabajo busca reflejar cómo las categorías éticas influyen en la calidad de una Democracia; analizaremos una definición de mediocracia y la problemáticas filosóficas que representa este término, el cual remite a una característica de democracia mediocre, asumida desde un punto de vista moral y metafísico. Hablaremos del clima de la mediocracia de la inexistencia de valores y actitudes altivas como causa de la injusticia demoledora de toda sociedad. No entramos en el debate filosófico entre lo bueno y lo malo, ya que Ingenieros, no alude esta problemática bajo esas dos categorías, más, intervendremos en la reflexión sobre la naturaleza del progreso, respectos al significado de la integridad moral, social e individual,
Estas cuestiones se abordaran en las paginas siguientes desde el ángulo de la filosofía y de los intereses de los individuos de comienzo de siglo XXI, con el lema “Buen gobierno, Ético y Progresista”.
El Término Mediocracia.
El término Mediocracia, representa un problema ético, político y filosófico. Por medio del mismo se pretende establecer una categoría que permita dar cuenta de un sistema de gobierno malo, por culpa de la falta de ideal y por su apatía en su accionar moral y práctico. Es el desinterés por los valores patrios y por el esfuerzo intelectual. Describe el caos causado por los grupos de dirigentes públicos corrupto e ineficiente, los cuales ocasionan un daño a la Nación por sus apetitos viles. 
En la mediocracia los grandes ideales no encajan en el espíritu que prevalece, la figura de los filósofos, los sabios y los artistas están de más, en pocas palabras, se destierra toda superioridad (todo esto por “ley”). Ingenieros busca intuir las fuerzas que hunden a una Nación en los vicios y desaciertos y se pregunta por las condiciones que impiden el advenimiento de fuerzas superiores, y el desarrollo de individuos geniales. Esto lo coloca en contraposición con la perfección de cada hombre y de cada Pueblo, los cuales deben de emprender los caminos que los lleven al sublime ideal de la perfectibilidad.
El término mediocracia no es un concepto para José Ingeniero, es más bien un clima generado por varios factores; es el efecto que causa el accionar de un gobierno mediocres, es decir, que va en una escala, de lo medio a lo malo, pero nunca a lo superior. La mediocracia no es natural, los sistemas de administración nacional no tienden espontáneamente a ella, ésta es producida por dirigentes políticos y tácticas regimentadas, que bloqueando todo intento de superioridad, abisman a las sociedades a la más significante pobreza ética, moral, material, cultural e intelectual.


El Clima de la Mediocracia.
La Mediocracia, la cual es un sistema de gobierno, de calidad media a bastante mala, sólo puede caracterizarse en relación a la sociedad que afecta y en función social. Primeramente, se nos recuerda que hay ideales que entran en constante retroceso como “la verdad, el afán de admiración, la fe en creencias firmes, la exaltación de ideales, el desinterés, la abnegación, todo lo que está en el camino de la virtud y de la dignidad” . Como segunda consideración este sistema de gobierno mediocre, ejerce su mala influencia sobre los hombres de su pueblo para convertirlos en sombras sin ideales proponiendo que “los filósofos, los sabios y los artistas están de más, la pesadez de la atmosfera estorba a sus alas y dejan de volar” .
Anulada toda idea de perfectibilidad y todo hombre superior, es decir, ausente de teorías y prácticas perfeccionistas, la Nación entra en penumbra, decae su desarrollo, se ve frenada cualquier superioridad. Es cuando los pueblos se encuentran enmarañados por redes de corrupción y un incremento exponencial de pobreza y delincuencia. Estos climas menguan toda potencialidad de un país; no es sólo el argumento económico, el que explica las causas de sub-desarrollo de un Estado, es también, estos vicios propios de una mediocracia quienes generan un total hundimiento de sociedades completas.
La Perfectibilidad y Hombre-Estado.
Entre el presupuesto intelectual legado por Condorcet y Kant, se promulgaba la vinculación entre la idea de progreso y el sentido moral, que luego fue desarrollada bajo las categorías de Ética y Progreso. Más tarde, José Ingenieros considera un norte a seguir por toda la sociedad, la categoría de perfectibilidad. Luego asume, como general e intrínseca, la vinculación que tiene todo hombre con el Estado o gobierno, como realidad que lo afecta. 
Para Ingeniero la perfectibilidad es la cima de la moralidad. Para llegar a ella hay que transitar por los escalones de la virtud y la justicia. La perfectibilidad es lo más contrario a la mediocridad, ella es un sentimiento que ayuda a crecer y dignifica. Quien tiende a la perfección, procura armonizar su vida con los excelsos ideales. Ingeniero, continua diciendo: “Toda perfección en el mundo moral, se concibe en función de la sociedad” . 
Para Ingenieros, la realidad está conformada por partes, él sostiene que “la armonía del todo, consiste en la perfección de las partes” , y esto lo va a mantener a lo largo de su teoría. Piensa que hay un segmento del mundo en primer plano, este, es visible y que a todos nos afecta y por la cual las individualidades se relacionan, en este ámbito están las sociedades y gobiernos; por otro lado de esta esfera, están las individualidades, la cuales también son parte del conjunto que conforman un Estado. En resumido caso, un Estado está conformado por individuos y los individuos viven dentro de un Estados, el mismo Estado representa la plataforma donde se desarrolla toda interrelación entre los hombres, por tanto, los afecta como realidad tangible. 
Las dos secciones (Estado-Hombre) de este primer ámbito de la realidad deben buscar la perfectibilidad, en consecuencia, si una de las partes se vuelve contraria a este ideal toda la realidad tiende a la mediocridad. Si un individuo camina en contra de la perfectibilidad se vuelve mediocre, pero si lo hace un Estado su gobierno se torna Mediocracia. 
Ingeniero realiza una advertencia, dice: “Los Estados se convierten en mediocracia; la falta de inspiración que mantenga alto el nivel de moral y de cultura” . El punto está, en que un gobierno puede condenar a un pueblo entero a la mediocridad, lo enajena al vicio, ejerciendo una fuerza tal que nivele a todos los individuos, impidiendo toda superioridad y particularidades en sus sociedades. Desarrollando sombras, hombres sin características propias, es decir: mediocres, todo esto con el fin de arruinar a la Nación tanto ética como material, ya que, esto beneficia a los dirigentes políticos sin méritos. 


Para Ingenieros la mediocracia es, sin duda alguna, un gran problema. Como la enfermedad afecta al cuerpo, la mediocracia corroe a los pueblos. Un gobierno puede modificar el medio para que este influya en el colectivo de una sociedad, las sociedades carcomidas son representadas bajo un sistema de gobierno llamado “mediocracia”. La misión que tiene la mediocracia es la domesticación de los individuos con la intensión de rebajarlos a ser unos hombres sin méritos ni aspiraciones, es decir: a hombres mediocres, para que estos no sobresalgan de la realidad y sean sólo sombra sin ninguna fuerza a ejercer, para así alienarlos o dominarlos.
Pienso que uno de los problemas más graves en las sociedades latinoamericanas es la enajenación causada por dirigentes políticos que obligan a los individuos a abortar cualquier ideal de superioridad. Los gobiernos americanos se han encargado de diseñar sistemas de coacción social, con el fin, de que un pequeño grupo de mandatarios se adueñen de los recursos materiales de una Nación. 
Existen puntos de coincidencias entre la realidad de nuestras democracias latinas y el análisis que hace Ingenieros en su obra el hombre mediocre. América latina debe de transformar sus administraciones públicas bajo las categorías morales y éticas, su prioridad debe ser educar a los pueblos para la virtud, la justicia y el desarrollo. Se necesita considerar en el político aspectos metafísico y no sólo positivista.
Se debe de profundizar el debate en cuanto, al sentido que tienen los Estados en la realidad particular de cada individuo de la sociedad, y promulgar el lema: ¡Buen gobierno, ético y progresista!

miércoles, 15 de junio de 2016


EL INTELECTUALISMO
El intelectualismo es una corriente epistemológica que sostiene que la base del conocimiento la forman conjuntamente la experiencia y el pensamiento, el intelectualismo sostiene junto con el racionalismo que hay juicios lógicamente necesarios y universalmente válidos no sólo sobre objetos ideales sino también sobre los objetos reales, pero mientras que el racionalismo considera que estos conceptos o elementos de juicio son conceptos a priori de nuestra razón, el intelectualismo los deriva de la experiencia.
Esta dirección epistemológica proviene etimológicamente hablando de intelligere, intus legeré que significa "Leer en el interior", según el intelectualismo la conciencia cognoscente lee en la experiencia, de la que substrae sus conceptos.

             FE, FUNDAMENTO DE LA RAZÓN

La fe y razón son dos formas de convicción que subsisten con más o menos grado de conflicto, o de compatibilidad. La Fe generalmente es definida como fundamento en una creencia, como una convicción que admite lo absoluto. Mientras que la razón es fundamento en la evidencia, lo cual aproxima el objeto de fe a la idea del mito. Según Juan Pablo II, en su encíclica Fides et ratio (1998), «la fe y la razón (fides et ratio) son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad».

Hablando en términos generales, hay tres categorías de perspectivas respecto a la relación entre fe y razón. El racionalismo sostiene que la verdad debería ser determinada por la razón y el análisis de los hechos, más que en la fe, el dogma o la enseñanza religiosa. El fideísmo considera que la fe es necesaria, y que las creencias deben tener cabida sin la evidencia o la razón, aún esté en conflicto con ellas. La teología natural considera que fe y razón son compatibles, de manera que la evidencia y la razón finalmente llevan a la creencia en los objetos de fe.

viernes, 11 de septiembre de 2015

LA ONTOLOGIA

La ontología  perteneciente a la filosofía  es una parte de la metafísica que se dedica “al estudio de lo que hay”.
Puede decirse que la ontología es la investigación del ser en tanto que ser, en general, más allá de cualquier otra cosa en particular, es o existe. Así mismo, también se puede decir que es el estudio de los seres en la medida en que existen, y no en la medida en que hechos particulares obtienen de ellos una serie de propiedades particulares. Más específicamente, la ontología determina qué categorías del ser son fundamentales, preguntándose si los objetos que se encuentran en esas categorías puede ser calificados de “seres”, y en qué sentido.
Dicho de otra manera: La ontología estudia la existencia o no existencia de ciertas entidades y la manera en que se relacionan entre sí en caso de existir.

Ontología significa "el estudio del ser". Esta palabra se forma a través de los términos griegos οντος, ontos, que significa ser, ente, y λóγος, logos, que significa estudio, discurso, ciencia, teoría. La ontología es una parte o rama de la filosofía que estudia la naturaleza del ser, la existencia y la realidad, tratando de determinar las categorías fundamentales y las relaciones del "ser en cuanto ser".

Engloba algunas cuestiones abstractas como la existencia o no de determinadas entidades, lo que se puede decir que existe y lo que no, cuál es el significado del ser, 
Los filósofos de la Grecia Antigua, Platón y Aristóteles estudiaron este concepto que muchas veces se confunde con la metafísica. De hecho, la ontología es un aspecto de la metafísica que busca categorizar lo que es esencial y fundamental en una determinada entidad.

La "prueba ontológica" o "argumento ontológico" es una de las pruebas o argumentos clásicos sobre la existencia de Dios, a partir de la necesidad de existencia que se Le atribuye como Ser infinitamente perfecto, empleando únicamente la razón.
En Ciencia y Tecnologías de la Información, las ontologías son clasificaciones. Se utilizan como un medio para categorizar o agrupar la información en clases.
Las ontologías se aplican también en Web Semántica y en Inteligencia Artificial para asimilar y codificar el conocimiento, definiendo las relaciones existentes entre los conceptos de un determinado dominio (un área del conocimiento).


EL SER


 La noción de ser es una de las más complejas que podamos encontrar en filosofía.  Podemos distinguir dos usos del término "ser": un uso como verbo y otro como sustantivo. En cuanto verbo, tendría una función meramente copulativa al relacionar un sujeto con un predicado, función que, al no haber sido observada convenientemente, fue causa de muchos malentendidos. En la historia de la filosofía ha prevalecido, preferentemente, su consideración como sustantivo, como nombre abstracto, adquiriendo un valor existencial, absoluto, que ha sido objeto de distintas especulaciones metafísicas.

En esta última acepción, como nombre abstracto, podemos considerar de un modo muy general que el ser (en singular) remite a "lo que es", a cualquier realidad individual a la que llamamos ente, y a la que consideramos un "ser", independientemente de que su existencia sea o no física, material; pero también podemos considerar que remite a lo que hace que una cosa sea, es decir, al elemento común que comparten todas las cosas que son, de las que decimos que "tienen ser", y en este sentido consideramos al ser como el fundamento último de la realidad. En este sentido, es el objeto de estudio tradicional de la metafísica, el estudio "del ser en cuanto tal", considerando que el ser es la categoría suprema de la realidad, o que es algo más que una categoría de la realidad, a la que necesariamente han de referirse todos los seres que existen.
Son muchas las interpretaciones del ser, a lo largo de la historia de la filosofía, de Parménides a Heidegger. Y también las críticas a dichas concepciones, entre las que destacan, entre otros, las de la filosofía analítica y el positivismo lógico, que consideran esas elaboraciones como el resultado de equívocos lingüísticos.


Busto de AristótelesLa filosofía de Aristóteles



El ser no sólo se toma en el sentido de sustancia, de cualidad, de cuantidad, sino que hay también el ser en potencia y el ser en acto, el ser relativamente a la acción.

Por ser en acto se refiere Aristóteles a la sustancia tal como en un momento determinado se nos presenta y la conocemos; por ser en potencia entiende el conjunto de capacidades o posibilidades de la sustancia para llegar a ser algo distinto de lo que actualmente es. Un niño tiene la capacidad de ser hombre: es, por lo tanto, un niño en acto, pero un hombre en potencia. Es decir, no es un hombre, pero puede llegar a serlo.
De alguna manera, por lo tanto, la potencia representa una cierta forma de no-ser: no se trata de un no-ser absoluto, sino relativo, pero que es tan real como cualquier otra consideración que podamos hacer de la sustancia. Cada sustancia encierra, por lo tanto, un conjunto de capacidades o potencialidades, una cierta forma de no-ser relativo, que le es tan propia como su composición hilemórfica. Junto al ser en acto hemos de admitir, pues, el reconocimiento del ser en potencia. Por supuesto que las potencias de una sustancia vienen determinadas por la naturaleza de cada sustancia: una semilla podrá convertirse en planta y, por lo tanto, es potencialmente una planta; pero no podrá convertirse en caballo.
Que la potencia representa una cierta forma de no-ser relativo se comprende mejor con la noción de privación, a la que recurre Aristóteles para aclarar el significado de potencia. Que una sustancia tenga una determinada capacidad, o potencialidad, significa simplemente que actualmente está privada de esa forma de ser, es decir, que la privación se da en un sujeto, y no de un modo absoluto. Veremos con más detalle,en la Física, al analizar la explicación aristotélica del cambio, el modo en que una cosa viene al ser a partir de su privación.

LOS SENTIDOS NOS ENGAÑAN


Platón piensa que hay dos mundos: el mundo de las ideas (donde todo es perfecto) y el mundo de las apariencias (que es donde vivimos, es un mundo de sombras de las ideas, de imperfecciones). Como nosotros vivimos en el mundo de las apariencias, nuestros sentidos sólo pueden acceder a estas apariencias, por lo cual no podemos llegar al verdadero conocimiento (que sería el conocimiento de las ideas) por los sentidos, sino sólo por la razón. 
Parménides, por su cuenta, supone que el conocimiento de la razón es superior al sensible, por lo cual si la lógica dice algo, es verdadero aunque la experiencia demuestre lo contrario. Su razón le dijo que en realidad sólo existe el ser, que es esférico, inmutable, inmóvil, etc. Su teoría le fue tan lógica, que su conclusión fue que nada existe fuera del ser, y que los sentidos nos engañan siempre.


Ese dicho que reza 'nada es lo que parece', resulta ser muy cierto. El doctor explica que "desde la filosofía se plantea que los sentidos nos engañan, pero esto tiene una base biológica. A veces, el engaño es causado por alteraciones o lesiones en los órganos (tumores), otras veces por problemas químicos o eléctricos en el cerebro (enfermedades mentales). También ocurren por el consumo de sustancias psicoactivas que alteran la percepción, como los alucinógenos".Pero y si no tienes ninguna enfermedad, ni te has metido o tomado nada raro, y sin embargo descubres que los sentidos te engañan, es porque así es. Es más, si no fuera por ese engaño, no tendríamos cine, magia, ni arte.El cine, por ejemplo, aprovecha una condición natural del ojo para crear la ilusión de movimiento. "El cine se fundamenta en el principio de permanencia de la imagen en la retina. Fue descubierto por Peter Mark Roget, un físico que quedó ciego por tantos experimentos que realizó. Él se dio cuenta de que al pasar varias imágenes en secuencia a una velocidad de 24 a 36 imágenes por segundo, el ojo deja de ver cada imagen por separado y ve movimiento. Una pura ilusión", explica el experto.




EL DISCURSO DE RENE DESCARTES 


El Discurso del método consta de un breve prefacio y seis partes. La primera parte se ocupa de la ciencia de su tiempo; hay que observar que, pese a ser una obra filosófica, no carece de elementos autobiográficos, y precisamente en esta primera parte Descartes constata la decepción que le causaron, en general, sus estudios en el colegio de los jesuitas de La Fleche, a excepción de las enseñanzas matemáticas.Para Descartes, ninguna de las materias que se estudiaban en su tiempo se interesaba en la búsqueda de la verdad. O eran un pasatiempo placentero, como la literatura o la retórica, o bien tenían un fin práctico, como las disciplinas técnicas. Y las diversas filosofías, contradiciéndose unas a otras, mostraban no haber llegado a su objetivo. Sólo las matemáticas, gracias al rigor de su método, presentaban absoluta certeza.La matemáticas, sin embargo, no se aplicaban a la investigación de lo real. Y esta consideración es la que determina su proyecto filosófico, que no es otro que evitar las especulaciones sin sentido y los razonamientos sin fundamento; en lugar de ello, es preciso encauzar la razón por los deseados caminos del rigor y del buen hacer metodológicos que caracterizan a las matemáticas, disciplina a la que el propio Descartes realizó aportaciones decisivas. De este modo esta primera parte es a un tiempo una autobiografía intelectual y una revisión, con conclusiones deprimentes, de la ciencia de su tiempo.La segunda parte (escrita probablemente en un principio como introducción a La geometría) quiere poner remedio a esta situación de las ciencias proporcionándoles una metodología, un fundamento firme, unos cimientos indiscutibles para cualquier mente racional. Su método será la duda, pero su objetivo será muy diferente del de la duda escéptica. Si el escéptico duda para permanecer en la duda, Descartes dudará (o fingirá dudar) para alcanzar justamente lo contrario: la certeza, la ausencia de posible error, el fundamento seguro. Es esta duda metódica radical la que le llevará al establecimiento de un nuevo método simple y claro.La primera de las cuatro reglas de su método está en íntima relación con esa "duda metódica": no admitir como verdadera cosa alguna sin conocer con evidencia que lo es, evitando la precipitación; es preciso partir de principios racionalmente evidentes, es decir, claros y perfectamente inteligibles.

Las tres reglas siguientes formulan el cauteloso procedimiento que lleva al conocimiento cierto: dividir los problemas en sus elementos primarios, los cuales se revelarán como verdaderos o falsos (análisis); reunir y organizar ordenadamente los conocimientos elementales así obtenidos para ir ascendiendo poco a poco, como por grados, hasta el conocimiento de los compuestos (síntesis); enumerar y revisar todas las verdades conocidas para estar seguro de no omitir nada y comprobar si se relacionan las unas con las otras (enumeración y prueba).
La tercera parte del Discurso del método contiene las denominadas máximas de la moral provisional. Ello no contradice para Descartes la regla de la duda metódica; ocurre simplemente que, mientras no se alcance la verdad, es necesario establecer normas provisionales para dirigir nuestros actos. Estas normas incluyen obedecer siempre las leyes y costumbres del país; permanecer fiel a las opiniones aceptadas como verdaderas, mientras no se demuestren como falsas, evitando así las incertidumbres en la investigación; aceptar las verdades halladas y los hechos inevitables, adaptándose a ellos en lugar de pretender que se adapten a nosotros; y, por fin, aplicar nuestras vidas al cultivo de nuestra razón y adelantar todo lo posible en el conocimiento de la verdad según el método expuesto anteriormente.
Según algunos autores, esta exposición de una moral de respeto de las situaciones existentes que constituye la tercera parte habría sido redactada directamente para obtener el privilegio para la impresión y tranquilizar a los censores. En todo caso, en ella se encuentra lo básico de la aportación cartesiana en el dominio de la ética, bien poco relevante por cierto y tachada a menudo de conservadora y neoestoica.
En la cuarta parte hallamos lo más interesante y conocido del Discurso del método: el encuentro con la certeza, con la primera afirmación indubitable. La proyección de la duda sobre la forma en que percibimos el mundo, sobre la fiabilidad de los sentidos (vemos doblarse una vara al introducirla en el agua), sobre la misma existencia de este mundo exterior (imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño) e incluso sobre las mismas verdades racionales (mediante la hipótesis de un genio maligno que deliberadamente nos engaña) es la que llevará a la primera certeza, a la roca firme sobre la que levantar el edificio del conocimiento humano.
Descartes nota que, en efecto, podemos dudar de todo, pero no podemos dudar de que dudamos, y, como dudar es pensar, no podemos dudar de que pensamos. El pensamiento es nuestra primera certidumbre, y nos lleva a la certidumbre de nuestra existencia: "Pienso, luego existo". El hombre existe al menos como cosa pensante, como res cogitans. La existencia del pensamiento es un concepto claro y distinto, una verdad evidente que sirve como punto de partida.
Cuando, tratando de llegar a una certeza, dudamos, estamos intentando superar un estado imperfecto y alcanzar otro perfecto que aún no poseemos. Pero la idea de perfección (sin la cual el hombre no podría tener idea de su imperfección en cuanto sujeto que duda, que se equivoca) no puede venir del pensamiento, que es imperfecto, sino de un ser perfecto: Dios. Dios es el ser perfecto que ha puesto en nuestro pensamiento la idea de perfección. Se trata de la versión cartesiana del argumento ontológico de San Anselmo de Canterbury: la idea que tenemos de Dios encierra ya en sí misma su existencia, puesto que no podría poseer la suma perfección si le faltase alguna cualidad; si le faltase la cualidad de existir, ya no sería perfecto.
De nuestra propia existencia y de la existencia de Dios se desprende que el mundo exterior, diferente de nosotros, también existe. Si el mundo no existiese, Dios nos estaría engañando, haciéndonos aparecer como existente un mundo que no existe; pero Dios, siendo como es perfecto, no puede engañar: el engaño y la falsedad son imperfecciones, y no pueden ser atributos de un ente supremo perfectísimo. Por lo tanto, concluye Descartes, el mundo exterior existe y podemos confiar (aunque críticamente) en el testimonio de los sentidos
En la quinta parte, Descartes expone algunas aplicaciones de su método científico a los estudios físicos. La creación, el universo, está gobernada por leyes mecánicas que permiten dar cuenta de todos los fenómenos materiales. Descartes concibe el cuerpo humano como un mecanismo, y desarrolla aquí su explicación mecánica del movimiento del corazón, así como su concepción de los otros seres vivientes como “animales-máquina”.
La sexta y última parte nos narra las incidencias en la elaboración de la misma obra, explicando las razones por las que retrasó tres años su publicación (temor a provocar escándalo, como Galileo, y a ser turbado con eventuales polémicas) y las razones que le inducen finalmente a publicarlo: mostrar honestamente el resultado de sus estudios y dar a otros la posibilidad de continuarlos.
Respecto a Galileo, se adhiere a las tesis contrarias al geocentrismo, y, sobre la ciencia, destaca la función práctica, de dominio de la naturaleza, que puede tener: el fin del conocimiento es la felicidad y no la mera contemplación; la medicina ejercerá una función muy importante, puesto que la salud del cuerpo es la primera condición de toda actividad espiritual. Encontramos también en esta sexta parte, escrita quizás como prefacio a La dióptrica y a Los meteoros, consideraciones sobre el trabajo científico como una actividad de cooperación a gran escala y reflexiones sobre la ciencia como una obra colectiva de larga duración, para la cual es indispensable la constitución de una verdadera comunidad de investigadores.
Se ha afirmado repetidamente que el Discurso del método de Descartes es una de las obras que inauguran la filosofía y la ciencia modernas. Entre sus virtudes sobresale la lucidez y simplicidad de su argumentación, que favorecería (junto al hecho de estar redactada en francés) la divulgación de las nuevas directrices de la filosofía racionalista. Este racionalismo, que culminará en Spinoza, está sin embargo todavía atemperado en la obra de Descartes por el dualismo entre materia y pensamiento y por un espiritualismo en el que perduran diversos aspectos del pensamiento religioso, en especial de San Agustín.





lunes, 22 de junio de 2015

COSMOLOGIA

  Cosmología es una palabra griega que significa cosmos-orden y logía-tratado. En conjunto es el estudio del orden, referente al orígen, evolución y destino del universo, dentro del campo de la filosofía, que es la encargada de tener el conocimiento último de las cosas. Y de acuerdo a los estudios de los grandes filósofos, la teoría acerca del orígen del universo, se basa en la del big ban, o la gran explosión, que fué la que generó el universo; así como a través de los millones de años ha evolucionado hasta nuestros diías y que es como actualmente lo conocemos, y su destino con todos los peligros inminentes de la desaparición de la tierra en particular. En general trata de saber de acuerdo con las teorias que en cada época se han desarrollado, ya que existen muchas teorías, como la indú, la china, y muchas mas que intentan explicar la creación del universo, incluyendo las religiosas, pero indudablemente este será un secreto universal, que nunca se le encontrará respuesta irrefutable. suerte.

ASTRONOMÍA DE ARISTOTELES

En el campo astronómico, adelantó los primeros argumentos sólidos contra la tradicional teoría de la Tierra plana, haciendo notar que las estrellas parecen cambiar su altura en el horizonte según la posición del observador en la Tierra. Por ejemplo, la Estrella Polar aparece desde Grecia alta sobre el horizonte, porque Grecia está bastante más al norte del Ecuador; en cambio, desde Egipto parece más baja, y desde latitudes más al Sur puede no verse en absoluto, porque no aparece nunca. Este fenómeno puede explicarse partiendo de la premisa que la Tierra es una esfera; pero resulta incomprensible suponiendo que sea plana.
Aristóteles
Aristóteles
Aristóteles notó además que durante los eclipses lunares, cuando la sombra de la Tierra se proyecta sobre la Luna, la línea del cono de sombra es curva: esta es una ulterior demostración de que la superficie de la Tierra debe ser curva. El gran filósofo elaboró también un modelo propio del Universo que se fundamentaba en el sistema geocéntrico propuesto por Eudoxio de Cnido (¿408-355? a. J.C.) y sucesivamente modificado por Calipo (¿370-300? a. J.C.).
EL SER DE PARMENIDES DE ELEA




Parménides nació en Elea, hacia el 540 antes de Cristo aproximadamente, donde residió hasta su muerte el año 470. Se dice que fue pitagórico y que abandonó dicha escuela para fundar la suya propia, con claros elementos anti-pitagóricos. Algunos atribuyen la fundación de la escuela de Elea a Jenófanes de Colofón, sin que haya verdadera constancia de ello, por lo que la fundación de dicha escuela ha de atribuirse a Parménides, dejando al margen la cuestión de hasta qué punto el pensamiento de Parménides puede estar influido por el de Jenófanes. Parménides escribió un poema filosófico en hexámetros del que conservamos la mayoría de los versos a través de Simplicio.

Pensamiento

En dicho poema, luego de un proemio de carácter religioso, en el que el autor realiza una serie de invocaciones para conseguir el favor de una diosa no identificada con el objeto de poder acceder al verdadero conocimiento, Parménides nos expone su doctrina: la afirmación del ser y el rechazo del devenir, del cambio.El ser es uno, y la afirmación de la multiplicidad que implica el devenir, y el devenir mismo, no pasan de ser meras ilusiones.
El poema expone su doctrina a partir del reconocimiento de dos caminos para acceder al conocimiento: la vía de la verdad y la vía de la opinión. Sólo el primero de ellos es un camino transitable, siendo el segundo objeto de continuas contradicciones y apariencia de conocimiento.
Ea, pues, que yo voy a contarte (y presta tu atención al relato que me oigas) 
los únicos caminos de búsqueda que cabe concebir: 
el uno, el de que es y no es posible que no sea, 
es ruta de Persuasión, pues acompaña a la Verdad; 
el otro, el de que no es y el de que es preciso que no sea, 
este te aseguro que es sendero totalmente inescrutable.

EL ARJÉ
los filósofos griegos al estudiar la natura lesa o physis, se preocuparon por buscar el principio o el elemento del cual proceden los seres naturales y del cual están compuestos. A este principio le dieron el nombre de arjé.
la búsqueda del principio o arjé de la naturaleza, motivo a diversos pensadores quienes dieron su respuesta y crearon grupos con la personas que compartían sus ideas. Estos grupos conforman las llamadas escuelas presocraticas , es decir, escuelas que existieron antes de socrates.

LOS NATURALISTAS MILESIOS


según la tradición que proviene de aristoteles, los primeros filósofos dignos de este nombre fueron:tales,anaximandro,y anaximenes.
fueron pensadores de la naturaleza. es por ello que a este grupo de filósofos se le llama "naturalistas milesios".

TALES DE MILETONació Tales en la ciudad de Mileto, aproximadamente en el 624


 a. C., y murió en el 546 a. C. Tradicionalmente se ha considerado a Tales uno de los siete

sabios de Grecia, siendo, junto con Solón, de los más citados en las diversas listas en que

 se los agrupaba. Las referencias acerca de su vida son confusas y contradictorias. 

Respecto a su propio origen, por ejemplo, unos le consideran de origen fenicio, habiendo

 sido posteriormente hecho ciudadano de Mileto, y otros le hacen natural de Mileto y de

 sangre noble



ANAXIMANDRO DE MILETO: Anaximandro de Mileto nació aproximadamente en el 610 a.C y 

murió en el 545 a.C  Teofrasto describe a Anaximandro como discípulo y compañero de Tales,

 siendo unos catorce años más joven que él. Se ocupó, al igual que Tales, de cuestiones prácticas

 relacionadas con la ciencia y se le atribuye la elaboración de un mapa del mar Negro, probablemente

 para uso de los navegantes milesios que viajaban por él. Al igual que otros filósofos griegos

 participó activamente en la vida política de su ciudad, y se le atribuye la dirección de una expedición

 colonizadora a Apolonia. Respecto a su actividad filosófica se le atribuye la composición de una

 obra en prosa, "Sobre la naturaleza", en la que expone sus teorías.


ANAXIMEDES DE MILETO: Anaxímenes de Mileto nació en Mileto en el 585 a.C., 

aproximadamente, y murió en el 524 a.C. También Teofrasto nos describe a Anaxímenes como 

discípulo y compañero de Anaximandro siendo, al parecer, unos veintidós años más joven que él. Se 

le atribuye la composición de un libro, "Sobre la naturaleza", escrito, según Diógenes Laercio en 

dialecto jónico, y en un estilo sencillo y sin superfluidades.

LOS PITAGÓRICOS

Es el  movimiento esotérico, metafísico, filosófico, científico y religioso fundado en el siglo V a.c por pitagoras de samos y sus seguidores, los pitagóricos. Estos formaban la escuela pitagórica, que era una secta griega de astrónomo, músicos, matemáticos y filósofos, que creían que todas las cosas son, en esencia, números.
Este movimiento descubrió los números irracionales , descubrimiento que mantuvieron en secreto. Se cree que el pitagórico hiposa de meta ponto reveló el secreto y, según la leyenda, fue ahogado por no mantenerlo.
El pentagrama (estrella de cinco puntas) fue un importante símbolo religioso usado por los pitagóricos, que lo denominaban «salud».

HERACLITO DE EFESO

Su pensamiento no lo expresó en un tratado de discurso continúo, sino mediante aforismos esto es: proposiciones generalmente breves elaborados en sentido metafórico o figurado (mediante el uso de símbolos) lo hacía así para que el común de la gente no interpretara sus frases.

Teoría del devenir: 
 Fragmentos: Panta - Rei "todo corre, todo fluye"
"dice Heráclito que todo se mueve y nada permanece y comparando las cosas con la corriente de un río dice que en el mismo río no nos bañamos dos veces" (Plantón en el Crátilo).
"Que todas las cosas se hacen por contrariedad y todas fluyen a manera de ríos. Que el universo es finito, que el mundo es único, es producido del fuego y arde de nuevo de tiempo en tiempo al eternamente todo éste evo" - (Periodo)

Explicación: Según Heráclito todo cambia permanentemente, nada permanece y si hay algo permanente es el cambio. Heráclito afirma que el SER de las cosas es mudable y que ninguna cosa la podemos sorprender en su ser porque ya pasa de ser una cosa a otra, según esto se tiene que el ser es "Huidizo, que huye". El arjé de las cosas no sería entonces un elemento (agua, aire, etc.) sino el devenir (el fluir); esto es el carácter cambiante de las cosas.
No nos podemos bañar dos veces en el mismo río porque la segunda vez el río ya es otro, las aguas han cambiado y nosotros también. La esencia del mundo de la realidad es su cambiabilidad. El ser de la realidad es un ser "siendo".

 El fuego como principio cósmico: Afirma Heráclito "Todas las cosas provienen del fuego, y en el se resuelve. Todas las cosas se hacen según el HADO (voluntad de los dioses) y por la conversión de los contrarios se ordenan y adaptan los entes, todo está lleno de entes y demonios" "que todo el fuego (PIRO) es elemento y que todas sus vicisitudes o mutaciones se hacen por raridad (Calentamiento) (Densidad)"
"Que el fuego adensado se transforma en licor, y adquiriendo mas consistencia pura en agua. Que el agua condensada se vuelve tierra y este es el camino hacia abajo.  De aquí nace de nuevo la tierra y de ella se hace el agua, de la cual proviene todas las demás cosas". 

Explicación: Este concepto de fuego como principio motor del mundo que genera tanto las cosas como los cambios de ellas, no es clara en el pensamiento de Heráclito.


EMPÉDOCLES

Empédocles de Agrigento (Sicilia), (aproximadamente 483-423 a.n.e.). Filósofo materialista de la antigua Grecia, ideólogo de la democracia esclavista. En su poema filosófico «De la Naturaleza», reduce toda la diversidad de las cosas a cuatro «raíces»: tierra, agua, aire y fuego. Esta teoría sobre los cuatro, elementos (o «principios» de la naturaleza se mantuvo en la filosofía antigua y medieval durante muchos siglos. Empédocles explicaba la unión y separación de los elementos por la acción de dos fuerzas opuestas: la de atracción y la de repulsión (la «amistad» y la «enemistad»). El predominio de una fuerza u otra explica los diferentes estadios en el desarrollo del universo. Tuvo gran significación histórica la conjetura de Empédocles acerca de la evolución, sujeta a ley, de los seres vivos como resultado de la selección natural de las combinaciones más viables.

ANAXÁGORA

Anaxágoras goza de una posición histórica excepcional. Se trata del primer filósofo de renombre establecido en Atenas. Su itinerario filosófico se inserta en el ambiente de los últimos presocráticos del siglo V a. C., pero su procedencia jónica le proporciona puntos de encuentro con los pensadores milesios. Une, pues, a los temas característicos de la filosofía jónica, el rigor especulativo del pensamiento de Parménides. Asimismo, su larga permanencia en Atenas le permitirá ejercer amplia influencia en la polis que se convertiría enseguida en el centro cultural de todo el mundo helénico. En concreto, es considerado maestro del primer filósofo ateniense conocido, Arquelao, quien se honrará de haber enseñado al mismísimo Sócrates. Quizá esta circunstancia haya contribuido no poco a la importancia otorgada a su pensamiento por Platón y sobre todo por Aristóteles. Éste ha determinado hasta nuestros días la información que poseemos sobre Anaxágoras y lo ha convertido en el filósofo del Intelecto (noûs) y de las homeomerías. Durante el siglo XX Anaxágoras ha sido objeto de muchos estudios, suscitando un interés parangonable al de otros grandes presocráticos como Parménides o Heráclito. Sin embargo, permanece un severo desacuerdo sobre algunos puntos centrales de su pensamiento.





viernes, 27 de marzo de 2015

ÉTICO
    Se dan dos concepciones fundamentales de la ciencia ética, esto es: 1) aquella que la considera como ciencia del fin al que debe dirigirse la conducta de los hombres y de los medios para lograr tal fin y derivar, tanto el fin como los medios de la naturaleza del hombre; 2) aquella que la considera como la ciencia del impulso de la conducta humana e intenta derivarla con vistas a dirigir o disciplinar la conducta misma. Estas dos concepciones son fundamentalmente distintas y hablan dos lenguajes distintos, aunque se han entrelazado de manera diferente tanto en la Antigüedad como en el mundo moderno.
    En efecto, la primera habla del lenguaje del ideal al que el hombre se dirige por su naturaleza y, en consecuencia, de la "naturaleza", "esencia" o "sustancia" del hombre. En cambio, la segunda habla de los "motivos" o de las "causas" de la conducta humana o también de las "fuerzas" que la determinan y pretende atenerse al reconocimiento de los hechos.
    En este contexto, la dimensión ética de la existencia del hombre tanto en su aspecto individual como social ha sido objeto de la reflexión filosófica en todas las épocas, especialmente en ciertos períodos o coyunturas de crisis y de grandes cambios estructurales. Pero aquí, como en todos los problemas filosóficos, el planteamiento del problema y las líneas de solución configuran abundantes ramificaciones temáticas, según las escuelas y autores.
    El universitario, como cultor de la filosofía, debe acostumbrarse al despliegue pluralístico en todos los campos del saber, dado que al interior de las ciencias especiales son múltiples los intentos de explicar los fenómenos con diferentes marcos teóricos, técnicas y procedimientos.
    La dimensión ética de la vida humana se funda primero en el hecho de la moralidad, es decir, en el comportamiento práctico del hombre que se expresa en juicios, actitudes y normas en su interacción social y cultural. José Luis Aranguren hace notar que, en su raíz etimológica, este hecho designa originariamente un modo de ser más que los actos o costumbres que se remiten al modo específico de lo humano como existir consciente y responsable (Ética, en Rev. De Occidente, Madrid, 19729). Según este autor, prevaleció la designación latina (mores) y su connotación originaria (eJos), con doble matiz, se perdió en la reflexión y la orientación misma de la ética.
    De todos modos, la ética quiere referirse a la fundamentación teórica de la conducta humana en todas sus dimensiones queriendo ser el soporte de su praxis concreta. Además de la justificación racional de la moralidad, esta fundamentación quiere expresar un conjunto de normas y principios básicos orientadores de las situaciones concretas.
    QUE ES EL SABER ?
    El saber filosófico es un saber de segundo grado que presupone un determinado grado de desarrollo de la vida política, socieconómica y cultural. Además, presupone otros saberes previos de primer grado, como son los saberes técnicos, políticos, matemáticos, físicos, etcétera.
    CLASES DE SABER?
    • Saber vulgar o sentido común: nos enseña cómo se nos presentan las cosas, por ejemplo, el fuego quema, el agua moja, etc. Todo ser humano dispone de un conocimiento ordinario, no reflexivo, por el ejercicio espontáneo de la razón: el sentido común. Se compone de certezas comunes a todos, hasta el punto de que nadie carece de ellas, ni puede prescindir de ellas a la hora de razonar. Esta clase de saber está mezclado con prejuicios y es conformista y a crítico, pero ayuda a recoger aspectos muy significativos de la cultura de diferentes pueblos. Este conocimiento es importante aunque no haya de tenerse por definitivo y completo.
    • Saber científico: indaga y manifiesta las causas inmediatas de las cosas que caen bajo nuestro radio de observación y experimentación. Es un conocimiento más profundo: en el caso del agua diríamos que es un elemento compuesto de dos moléculas de hidrógeno y una de oxígeno. La ciencia es un saber descriptivo que nos dice cómo son las cosas y, dependiendo de los contenidos y los fenómenos que estudian, se distinguen unas de otras. Así, la medicina se encarga de la salud del cuerpo; la ecología, del orden que hay o debe haber entre los organismos vivos y el medio ambiente; la geología, la estructura de la que está compuesta la Tierra, y así sucesivamente.
    Esta clase de saber se ocupa de parcelas de la realidad, progresa y nos aporta información. Es experimental, intersubjetivo, crítico y útil en determinados aspectos vitales para el desarrollo humano.
    • Saber filosófico: nos acerca al conocimiento de las últimas causas de la realidad. Un ejemplo sería que el agua y el fuego son elementos del mundo físico que contienen una naturaleza última o «esencia» permanente e inmutable (sustancia) y características  variables y cambiantes (accidente). La filosofía no estudia tanto esta o aquella realidad en particular, sino que partiendo de realidades concretas, se remonta a los principios primeros o causas últimas de la realidad.

    Por tanto, no cabe reducirla a ningún saber particular, ni a la suma de todos los saberes particulares, dado que la filosofía nos familiariza con el pensar a fondo sobre la realidad. platón decía que los filósofos eran los que estaban interesados en lo eterno e inmutable. Al explicar las cosas, la filosofía ha de alcanzar las raíces últimas de la realidad que se contempla, al revés de que lo hacen las ciencias particulares.